Dicen que para verdaderamente apreciar una obra de arte, primero debemos entender al artista detrás de ella. Es por eso que hoy en Hostemplo queremos contarte algunas curiosidades de Gaudí y su vida, que tal vez no sabías, y quién sabe si quizás la próxima vez que visites sus obras las mires con otros ojos.
Hayas visitado Barcelona o no, es más que probable que conozcas algunas de las obras maestras de Gaudí. ¿Quién no ha escuchado hablar de La Sagrada Familia?
Antoni Gaudí (1852-1926), genio y máximo exponente del modernismo catalán, además de la ya mencionada Sagrada Familia, nos regaló otros iconos emblemáticos de Barcelona como son La Casa Batlló, La Pedrera, El Parc Güell, entre otros. Su trabajo es tan reconocido a nivel mundial, que siete de sus obras son Patrimonio de la Humanidad.
Pero el camino de Gaudí no siempre fue de reconocimiento y admiración. Su estilo único adelantado a su tiempo inicialmente le valió más incomprensión que elogios. Este se caracteriza por la combinación de formas orgánicas, inspiración natural y creatividad innovadora.
Gaudí en 1878, fotografiado por Pau Audouard
Orígenes Humildes:
El pequeño Antoni, nació en 1852 en Reus, una ciudad situada en la comarca del Baix Camp al interior de Tarragona, en el seno de una modesta familia de caldereros. Trascendió sus humildes comienzos gracias a la influencia de Eusebi Güell, su mecenas y amigo durante más de cuatro décadas.
Un mecenas es una persona o entidad que apoya financieramente a artistas, músicos, escritores u otros creadores para que puedan concentrarse en su trabajo sin preocupaciones económicas. Esta práctica, que se remonta a la Antigua Grecia y tuvo su apogeo durante el Renacimiento, permite el desarrollo de las artes y la cultura, facilitando la creación de obras que de otro modo podrían no haberse realizado. Los mecenas suelen ser apasionados por el arte y desean contribuir al legado cultural de su época.
Esta relación con Güell le abrió las puertas a la burguesía catalana, asegurándole una serie de encargos, que construirían su renombre como uno de los arquitectos más innovadores de su tiempo.
Eusebio Güell y Bacigalupi retratado por Paciano Ross, 15 de junio de 1888
De Personalidad Introvertida:
Desde su infancia, Gaudí enfrentó desafíos de salud que moldearon profundamente su carácter. Afectado por una condición reumática, pasó largos períodos en casa, lejos de los juegos infantiles. Esta niñez solitaria, convirtió a Gaudí en una persona introvertida y reservada. La dificultad para moverse con normalidad debido al reuma, lo llevaron a pasar largos periodos observando la naturaleza y sus formas, principal fuente de inspiración de sus futuras obras.
Gaudí (al fondo) con su padre (centro), su sobrina Rosa y el doctor Santaló en una visita a Montserrat (1904)
¿Un Loco o un Genio?:
Mientras estudiaba en la Escuela de Arquitectura de Barcelona, no fue un alumno académicamente sobresaliente, aunque desde luego no dejaba indiferente. Cuando culminó sus estudios en 1878, el director de la escuela, Elies Rogent, dijo: «No sé si hemos dado el título a un loco o a un genio, el tiempo lo dirá.»
El tiempo, sin duda, ha hablado. Hoy Gaudí no solo es celebrado como un visionario, sino como el arquitecto que soñó la Barcelona modernista.
Primeros Comienzos:
Como cualquier otro arquitecto, al comienzo de su carrera, aún lejos de las catedrales y parques que definirían su legado, Gaudí puso su talento en un proyecto más modesto pero igualmente significativo: las farolas de la Plaza Real. Este primer paso, tras colaborar en el Parque de la Ciudadela, no solo iluminaría las noches de Barcelona, sino que también encendería la chispa de su carrera. Con un diseño inspirado en la naturaleza, las farolas son un temprano testimonio de su visión única, mezclando utilidad con arte.
Acuarela del candelabro proyectado para las vías públicas de Barcelona, obra de Antoni Gaudí.
Gaudí No Viajaba:
Seguramente te preguntarás por qué un arquitecto tan reconocido como Gaudí solo tiene obras en Cataluña, y es que tenía una conocida aversión a viajar.
Esto dio lugar a que la mayoría de sus creaciones se ubiquen en Cataluña y particularmente en Barcelona. Solo cuatro son sus monumentos construidos fuera de Cataluña: el Palacio Episcopal de Astorga, el Capricho en Comillas, en Cantabria, y la Casa Botines en León y la Catedral de Santa María en Mallorca.
Foto oficial de Gaudí para la exposición de París de 1910
No Fue el Primer Elegido Para Diseñar la Sagrada Familia:
Contrario a lo que muchos piensan, Gaudí no fue la primera opción para La Sagrada Familia; ese honor inicialmente recayó en Francisco de Paula del Villar, seguido por Joan Martorell, quien finalmente cedió el proyecto a su discípulo, Gaudí. Hoy, La Sagrada Familia no solo es un símbolo de Barcelona sino también del legado inacabado de Gaudí, financiada por el apoyo continuo de visitantes y donaciones, con la esperanza de completarse en las próximas décadas.
Proyectos sucesivos de Francisco del Villar para la Sagrada Familia. El definitivo fue el de la derecha, que se empezó a construir y se interrumpió con la dimisión de Villar
Últimos Años y Trágica Muerte:
La década de 1910 marcó una difícil época para el artista, enfrentando varias pérdidas de su círculo más cercano, incluido su mecenas Eusebi Güell.
Tras superar una grave y larga enfermedad de brucelosis, que lo dejó al borde de la muerte, el destino final de Gaudí llegó de manera trágica en 1926 cuando fue atropellado por un tranvía.
Debido a su apariencia bastante descuidada, fue confundido con un mendigo. Murió tres días después, a los 73 años.
Funeral de Gaudí (12 de junio de 1926)
Gaudí no tuvo una vida fácil, pero sin duda dejó un legado innegable en la ciudad Condal. Si después de tanto leer acerca de la vida de Gaudí no puedes esperar para ver sus obras con tus propios ojos, te dejamos nuestros posts de blog anteriores, para que les eches una mirada: “Ruta Gaudí, ¡caminando por Barcelona!” y “La Barcelona de Gaudí: descubre 9 de sus maravillas”
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